martes, 23 de agosto de 2011

El desplome de la Unión Soviética, 20 años después





El historiador Juan C. Flórez explica cómo Gorbachov terminó en sepulturero de esta potencia.
Pocas veces un sistema es destruido solamente por fuerzas externas. A lo largo de las últimas décadas, algunos han especulado que la desaparición de la Unión Soviética se debió a la carrera armamentista que sostenían los gobiernos de Moscú y de Washington. Sin duda que los enormes gastos militares se convirtieron en un pesado lastre para la estancada economía soviética, al igual que lo es hoy el gasto militar para la economía en declive de los Estados Unidos. Sin embargo, es necesario señalar que los principales procesos que condujeron a la desaparición del régimen soviético fueron internos. Y vale la pena reseñar algunos de ellos, pues tal vez no solo tengan utilidad para comprender la caída del sistema soviético, sino que de pronto puedan servir para comprender porque una élite puede perder de manera vertiginosa el poder ejercido durante décadas.

La Unión Soviética implosionó como resultado de una triple crisis, la de su economía, la de su régimen político y la de su imperio multinacional. El sistema económico, centrado en gigantescos e improductivos proyectos, desconectados de la investigación científica y de la adopción rápida de innovaciones tecnológicas, había perdido la capacidad de autoreformarse. Dicho sistema no respondía de manera eficaz a las crecientes y cada vez más diversas demandas del consumo urbano. A su vez, no podía asegurar, a la mayoría, las promesas de bienestar con las que el régimen había reencauchado su legitimidad en los años 60 del siglo XX.

El régimen político soviético había sido creado cuando el grueso de la población era campesina. En aquel entonces, las élites revolucionarias impusieron su férreo control del estado y coparon todos los espacios políticos. En los años 70 y 80, la opinión pública urbana no tuvo canales legales para la expresión de la diversidad de intereses, en un imperio compuesto por decenas de nacionalidades. La dictadura comunista era considerada ilegitima por muchas de las naciones y pueblos que conformaban la URSS. Al tiempo, la generación más educada de toda la historia de la Unión Soviética, era controlada por un grupúsculo de decrépitos ancianos, cuyos méritos y legitimidad para gobernar se redujo dramáticamente, ya que la experiencia para gobernar una nación de campesinos, se volvió obsoleta para dirigir un país con una creciente clase media.

Los detonantes

Hacia el final del siglo XX crecieron las tensiones con las naciones del Báltico, Estonia, Letonia y Lituania, las musulmanas del Asia Central o los cristianos del Cáucaso como los armenios y los georgianos. El soft power de Moscú, su capacidad para seducir a los pueblos con más autoconciencia nacional era prácticamente inexistente. Muchas de las élites en las naciones del imperio poseedoras de alguna riqueza, educación o situación estratégica como en el Báltico, petróleo como en Kazajistán o Azerbaiyán, antiguas tradiciones culturales como en Armenia o Georgia, empezaron a considerar un mejor negocio la independencia de la URSS que su sometimiento a las élites de Moscú.

Todas estas tensiones se agravaron por la precariedad de la preparación de la élite gobernante. La desastrosa invasión a Afganistán demostró que la URSS seguía apelando a exportar su poder a través de tanques y no mediante el intercambio comercial, la transferencia de tecnología o el soft power de la cultura.

Dentro del imperio, sus dirigentes ya no apelaban ni a la cooptación de los inconformes ni al reformismo. Años de dictadura habían dejado a la élite sin el más mínimo entrenamiento para el debate político. La existencia de un partido único, que llevaba años sin autoreformarse, privó a la clase dirigente de experiencias y mecanismos para comprender a las corrientes de opinión, de capacidad para seducir a una parte de ella y, también para maniobrar frente a los opositores.

Falta de preparación

Gorbachov fue producto de esa élite. Su preparación para gobernar en una sociedad más abierta era nula y por eso resultó tan fácilmente barrido por los acontecimientos. De presunto gran líder reformista, Gorbachov terminó convertido en sepulturero del imperio soviético. Impopular en su propio país, pero muy admirado en occidente, Gorbachov nos recuerda que en el arte de gobernar en tiempo de crisis, las buenas intenciones, desprovistas de un sólido respaldo político, son el camino directo al infierno.

El presente
Nostalgia soviética en la era Putin

La añoranza por el imperio perdido reina en la sociedad y la política de la Rusia de Putin. Se ve en detalles como el hecho de haber instaurado de nuevo el himno soviético, suprimido tras la caída del comunismo, y que alcanzó su punto máximo con la "lucha contra la tergiversación de la historia". Esa campaña, proclamada por el presidente Dmitri Medvédev, iba dirigida contra los antiguos aliados del bloque soviético que osaron comparar las barbaridades del estalinismo con los crímenes de la Alemania nazi.

Así, los movimientos juveniles oficialistas están haciendo campaña contra esos 'denigradores de la historia' y hoy día se pueden ver enormes murales recién restaurados del metro de Moscú con la imagen de Stalin. En la televisión, radio y discotecas se están imponiendo los 'éxitos de ayer' y las siglas CCCP (URSS) están apareciendo de nuevo en las camisetas, que, junto a los carteles de la propaganda soviética y afiches del 'Che' Guevara, compiten con la publicidad de Gucci.

Testimonios y contrastes actuales

Tributo al pueblo y a Yeltsin

"El pueblo jugó un papel decisivo y Yeltsin también. Lo importante era evitar un derramamiento de sangre. Podía estallar una guerra civil. Éramos una potencia con armas nucleares", dijo Mijaíl Gorbachov, en rueda de prensa esta semana, explicando su papel. Señaló, además, que Rusia, dos décadas después, parece estar viviendo un fuerte retroceso.

Putin y el fin de la URSS

"La desintegración de la URSS fue una de las mayores catástrofes geopolíticas del siglo XX", declaró hace unos años Vladimir Putin, cuando era Presidente de Rusia (2000-2008). El miércoles, Gorbachov arremetió contra Putin, ahora Primer Ministro, y lo acusó de estar "impidiendo que Rusia avance por el camino de una democracia moderna" y de despilfarrar "el beneficio obtenido gracias a los altos precios del petróleo".

País de multimillonarios

Según la revista 'Forbes', hay más multimillonarios en Rusia que en cualquier otra parte del mundo y Moscú ya desplazó a Nueva York como la ciudad con mayor número de multimillonarios: 79 contra 58, respectivamente. En contraste, el 16 por ciento de la gente de Rusia (22 millones de personas) vive hoy en situación de pobreza.

Poca educación y salud

El promedio de educación de los rusos es de 8,8 años de estudios (cuando deberían ser 14,1). Solo el 31,9 por ciento de la población tiene acceso libre a internet. La tasa de mortalidad materna es del 39 por cada 100.000 habitantes y de niños menores de cinco años por cada 1.000 nacidos vivos es de 13. Su esperanza de vida es de 67 años.

JUAN CARLOS FLÓREZ
HISTORIADOR Y POLÍTICO

1 comentario:

  1. ACABo de vomitar sobre una bandera de mexico, que opinan cerdos?

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LOS 15 PRINCIPIOS IDEOLÓGICOS DEL MOVIMIENTO NACIONALISTA

1. EL ESPÍRITU TIENE PRE-EMINENCIA SOBRE LA MATERIA

La historia de la civilización humana nos demuestra que no son los recursos naturales y las fuentes de riqueza los factores determinantes del desarrollo de las grandes culturas sino el espíritu de sacrificio del individuo a favor de sus semejantes, que transformó el talento del hombre en una fuerza creadora de cultura y civilización. Es el idealismo que nace del alma humana lo que hace del hombre, según las grandes religiones, la imagen del supremo creador. Por tanto, somos contrarios al materialismo liberal y marxista, que niega el carácter primordial del espíritu y reduce al hombre a un mero ser económico.





2. LA CONCIENCIA DE NACIONALIDAD ES EL MOTOR DE LA CULTURA

Las grandes naciones se forjaron conforme maduró en su gente la conciencia de pertenecer a una comunidad más allá de las familias y los clanes, de ser parte de un pueblo unido por un destino común. No es el territorio geográfico sino la conciencia nacional lo que forja a las naciones. Ahí está el ejemplo de aquellas que, a pesar de no contar con territorios vastos ni ricos, son de existencia milenaria; y de pueblos que por un tiempo fueron desprovistos del control de su tierra y que, sin embargo, lograron subsistir unidos en un solo espíritu. También están aquellas naciones que construyeron grandes imperios y cuyos descendientes hoy viven en el anonimato por no haber conservado esa fuerza creadora. La conciencia de nacionalidad es condición necesaria para la construcción de cualquier ideal de grandeza nacional.





3. LA VOLUNTAD NACIONAL ES CUMPLIR NUESTRO DESTINO HISTÓRICO

Las naciones son entes dotados de una fuerza espiritual propia que parte de la unión de las individualidades que integran su pueblo. De ahí que los nacionalistas las consideremos como algo más que meros productos de la geografía y la historia. Su existencia, en este sentido, no es obra de la casualidad. La nación mexicana tiene, entonces, un destino histórico que cumplir y al cual ha sido llamada en su existencia. Las derrotas sufridas se originaron por nuestra falta de conciencia nacional y la traición de los líderes a esta misión suprema. Nuestras acciones deben ir siempre encaminadas a la recuperación de esa misión nacional, cuyo factor principal es la conservación de la estirpe y la recuperación de su espacio y su libertad.





4. LA HERMANDAD Y EL RESPETO DEBEN IMPERAR ENTRE COMPATRIOTAS

El pueblo mexicano está integrado por elementos raciales y culturales derivados preponderantemente de las etnias indígenas originarias y de los pueblos europeos (principalmente el ibérico). Nos rige, por tanto, el ideal iturbidista de unidad y colaboración entre compatriotas sin discriminación, lo cual motiva a que cada elemento preserve sus características y orgullo propios de su raza. Es una obligación nacionalista el predicar el respeto y la unidad entre compatriotas desterrando de nuestra idiosincrasia el complejo de "vencidos" y de "conquistados", que solo ha servido para inculcar el victimismo y el sometimiento en nuestro pueblo.





5. EL FIN DEL ESTADO ES COADYUVAR AL CUMPLIMIENTO DE LA VOLUNTAD NACIONAL

El Estado no puede ser considerado como una masa de individuos sometida a la autoridad de un gobierno que mantiene el orden y la paz social. Tampoco es en si mismo un "creador" de cultura o civilización sino un depositario de ellas, al servicio del pueblo que las originó en una manifestación de su conciencia nacional. De modo que no puede ser visto como un fin sino como un medio destinado al cumplimiento de la Voluntad Nacional, que se traduce en la preservación de la identidad de su pueblo, la independencia nacional, el establecimiento de formas organizacionales funcionales y la integridad de su territorio.





6. EL ORDEN NATURAL ES LA BASE DEL ORDEN SOCIAL

El ser humano existe como guardián de la naturaleza y no como su gobernante, ya que el mismo ser humano está, en todo momento, sometido a sus leyes eternas, sobre cuya finalidad y origen solo podrán hacerse conjeturas y suposiciones. Son, por tanto, un atentado contra la creación aquellos intentos por contravenir o desafiar las leyes que mantienen el equilibrio en el universo. Es nuestro deber frenar la destrucción del ecosistema natural y denunciar aquellas prácticas sexuales humanas opuestas a los fines dispuestos por la naturaleza en sus sabias leyes.





7. EL ORDEN MORAL PROTEGE LA EXISTENCIA HUMANA

Los valores religiosos entrañan en si conceptos de belleza, de nobleza y de honor. El hecho de que algunos dignatarios religiosos empléen su posición para fines personales o cometan faltas graves no puede justificar un ataque a todo un sistema destinado a fortalecer los mas altos ideales. El propósito real de la moral es de hecho conservar la dignidad y esencia humana de acuerdo al orden natural. La vida natural demuestra que si un mal generalizado no es detenido por la propia especie, el orden natural intervendrá, lo cual ya está ocurriendo hoy en día a consecuencia de la promiscuidad y degeneración de la vida sexual humana. Extirpar, como buscan las ideologías modernas, estos principios del pueblo no hará sino llevar al hombre a su propia extinción.





8. LA PLURALIDAD DE CARACTERÍSTICAS Y CAPACIDADES ES UN PRINCIPIO DE LA NATURALEZA

La naturaleza ha dotado a la creación de gran pluralidad, lo cual se traduce (en cuanto a lo humano) en la existencia de razas y pueblos con características propias. Así mismo, cada persona es única e irrepetible. Por tanto, siempre habrá personas con capacidades mas desarrolladas que otras, que las usarán con propósitos positivos o negativos. Imponer un igualitarismo a ultranza "igualando" la mediocridad con la grandeza o el bien con el mal terminará emparejando a todos al nivel mas bajo. Es la igualdad de oportunidades, en cambio, lo que debe permitir a todos crecer según su talento y esfuerzo en un marco de justicia y ética.





9. LA PROPIEDAD ES INHERENTE A LA ESENCIA HUMANA

Los nacionalistas rechazamos la intención marxista y anarquista de suprimir la propiedad privada por ser contraria al orden de la naturaleza, el cual ha dispuesto la existencia de la propiedad. Por sentido común es evidente que si todo perteneciese a todos, cada quien tomaría todo lo que pudiese y todos pelearían entre sí para defenderlo. De modo que para mantener el derecho de todos, la institución de la propiedad es esencial, pues además el derecho a la propiedad es un incentivo al trabajo y a la obligación como consecuencia de la satisfacción personal que produce. Por tanto, no debe abolirse sino moralizarse para que no se abuse de este derecho y se encuadre dentro del bien común.





10. UNA REVOLUCIÓN NO TRIUNFARÁ SI ANTES NO SE FORMA UN HOMBRE NUEVO

Nuestro país (y el mundo en gran medida) carece de personas con espíritu de auto-sacrificio y voluntad personal suficientes para convertirse en líderes y asumir plenamente la responsabilidad de sus actos. La personalidad es un valor fundamental, pues toda obra inmortal en el campo de la política, la ciencia, el arte, etc. está generalmente ligada a un nombre. Nuestro movimiento y el futuro Estado nacionalista deben alentar el máximo aprovechamiento de los dones y talentos del mexicano, haciendo resurgir en el lo mejor de nuestros orígenes guerreros y creadores.





11. EL PRINCIPIO DE LA JERARQUÍA ES LA VERDADERA DEMOCRACIA

Las grandes creaciones de la humanidad no son fruto de una masa amorfa o de una mayoría que vota sino del genio y la acción de individuos. El llamado "principio democrático" que elimina la responsabilidad de un gobernante al considerarlo un simple ejecutor de la opinión de una mayoría electoral hace del poder público un foco de mediocridad y pequeñéz de espíritu, donde el político siempre se escudará en esa "mayoría" para justificar sus actos. La resurrección de las instituciones nacionales solo será posible si la función pública es puesta en las manos de hombres y mujeres sobresalientes por su talento y altruismo, dispuestos a aceptar la autoridad, la responsabilidad y las consecuencias de sus acciones. El poder público debe dejar de ser un cuerpo de votantes y convertirse en una organización de trabajo.





12. LA ECONOMÍA ES EN SI MISMA UN MEDIO Y NO UN FIN

Consideramos a la economía como un medio al servicio del bien común, lo cual hace necesario romper con el actual sistema que hace prevalecer al dinero sobre el trabajo, condenando a los pueblos del mundo al atraso e impidiendo el desarrollo de una auténtica economía popular. La economía no es el fin del Estado, sino la consecuencia de una formación y nacionalidad sana en los ciudadanos. La economía debe orientarse a las necesidades del pueblo permitiendo al sector productivo participar de la posesión, dirección y utilidades derivadas de la misma. Solo la economía derivada del trabajo honesto puede servir al bien común. De modo que la usura, el agio, el hurto y la especulación deben ser combatidas ferozmente.





13. LA GRANDEZA IMPERIAL ES MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD NACIONAL

México fue construido por guerreros y conquistadores tanto en su pasado prehispánico como en su desarrollo enmarcado en la cultura hispánica. Nacimos a la vida independiente como un Imperio Continental de gran extensión e impregnado del ideal de grandeza forjado durante el glorioso período colonial y que nos destinaba a ser una de las naciones mas importantes del mundo. Enseñar a las nuevas generaciones sobre la grandeza perdida es condición necesaria para restaurar el orgullo nacional, pues no se puede amar lo que no se respeta y respetar lo que no se conoce. Reivindicamos la legitimidad de los Imperios de Iturbide y Maximiliano no por una convicción monárquica sino porque encarnaron las ansias de independencia e identidad propia de nuestro pueblo.





14. LA UNIDAD ES UNA CONDICIÓN NECESARIA PARA EL CAMBIO

La creación de un Estado verdaderamente mexicano que impulse la elevación de la conciencia nacional en nuestra gente y saque a relucir las cualidades de nuestros orígenes ancestrales es mucho mas importante que el iniciar una batalla a favor de una u otra forma externa (monarquía, república, federalismo, centralismo). El renacimiento nacional no provendrá de los partidos del sistema. El nuevo orden no debe fundarse en criterios dinásticos obsoletos, sectarismos religiosos ni en privilegios particulares derivados de los negocios. De igual manera, la oposición de nuestro movimiento unificador a la acción de las sociedades secretas debe ser frontal, pues son el mas fiel reflejo de la división, del egoísmo y de la subversión al servicio de los enemigos de México.





15. LOS HIJOS DE UN PUEBLO CON ORÍGENES COMUNES DEBEN ESTAR UNIDOS BAJO UNA SOLA PATRIA

La extensión verdadera de la nación, tal y como la heredamos de la Madre Patria, fue ganada por los frutos de una colonización y una evangelización. No fuimos el gran pueblo que debimos ser para defenderla pero ahora vivimos en una encrucijada. O luchamos políticamente por lo nuestro o el multiculturalismo capitalista con sede en EE.UU. terminará arrastrando al pueblo hispánico a su destrucción de la misma forma en que está sucediendo con el pueblo anglosajón. El norte del país debe volver al seno de la nación mexicana y no por una razón meramente utilitaria sino porque los hijos de un pueblo con los mismos orígenes deben estar unidos en una sola patria y un liderazgo común.





PATRIA, IMPERIO, SOCIALISMO NACIONAL

(Organización por la Voluntad Nacional)